Fecha: mayo 18, 2021 - Autor: Damián Calleja
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Los tiempos cambian, pero en esencia, la mayoría de cosas se mantienen. Los piratas actuales ya no suelen llevar pata de palo, garfios en vez de manos ni parches en el ojo, si es que alguna vez los llevaron realmente. La imagen que tenemos de los piratas está seguramente sesgada por la propia caricatura que se hizo de ellos ya en el siglo XIX, cuando su presencia en los mares había decaído bastante. Hubo un tiempo en el que los navíos piratas eran uno de los terrores más importantes de los barcos de los diferentes imperios, sobre todo aquellos que transportaban grandes tesoros, traídos normalmente de África o de América. Podríamos pensar que aquellos tiempos terminaron pero hoy por hoy sigue habiendo mucha piratería, especialmente en ciertos lugares concretos de nuestros mares y océanos, donde los piratas siguen campando a sus anchas, actualizados a este siglo XXI, claro está.

Aunque no tengan mucho que ver con la imagen que tenemos de sagas como Piratas del Caribe o películas como Hook o La Isla del Tesoro, lo cierto es que los piratas de hoy en día mantienen viva esa esencia que ya engrandeció a sus antecesores, la de navegar por las aguas robando todo lo que podían encontrar y asaltando a los barcos enemigos. Cierto es que, según se cuenta, los piratas de antaño tenían algunos códigos de respeto mutuo para no atacarse entre ellos, algo que estos piratas actuales parecen haber dejado atrás. El peligro que suponen, de hecho, puede considerarse incluso mayor, no solo porque están mejor armados y utilizan métodos más sofisticados para desvalijar los barcos que encuentran, sino también porque estamos viviendo un repunte de esta actividad, sobre todo en las costas de África y Asia, donde la piratería sigue siendo un problema bastante grave para muchos países.

Así son los piratas en la actualidad

Los piratas del siglo XXI siguen siendo criminales y delincuentes que se unen a bordo de una embarcación, del tipo que sea, para atacar a otras y desvalijarlas, haciéndose con sus tesoros o mercancías. En los últimos tiempos también ha habido muchos casos de piratería en los que el objetivo final era secuestrar un barco para pedir un rescate al gobierno de turno. Ocurrió así con el famoso Alakrana, un buque español que fue secuestrado en 2009 por piratas somalíes, pidiendo un rescate al gobierno de aquella nación. Igual que sucedía en su momento, las rutas comerciales marítimas siguen siendo muy conocidas y hay  lugares de paso casi imprescindibles para un barco, por lo que estos piratas están preparados para abordarlos, sabiendo que pasarán por allí sí o sí.

Sin embargo, hoy por hoy ya no es tan común que estos piratas se queden con un botín, ya que al fin y al cabo la mayoría de barcos que navegan por estas aguas son comerciales y no llevan encima más que esas propias mercancías. Los secuestros son la fórmula más habitual en estos últimos años, para conseguir una gran cantidad a cambio de liberar a un barco pesquero al que se haya abordado en un momento dado. La situación va en aumento, según los datos de la Oficina de Información Marítima, que ha expuesto con datos exhaustivos como el papel de los piratas actuales se ha vuelto más importante en los últimos años, llegándose a casi 200 secuestros y abordajes durante el año 2019, una situación que va empeorando e incrementándose cada año.

En qué zonas suelen encontrarse

Es habitual encontrar a estos piratas actuales en los mares de África, sobre todo en la zona cercana a la costa este del continente, en el Océano Índico. A cierta altura, las aguas pasan a ser internacionales y la legalidad se difumina, por lo que este tipo de barcos pueden navegar por estas zonas sin ser “molestados” por las autoridades. También existe una gran cantidad de pirateo marítimo en los mares de China y el sur de Asia, en Tailandia o Myammar, la antigua Birmania. Estos piratas suelen atacar a barcos de mercancías o a embarcaciones más pequeñas, para luego pedir rescate por ellas o para hacerse con sus bienes, que luego revenden en el mercado negro. Por ello, muchas empresas que atraviesan estas zonas suelen ser protegidas por barcos de seguridad, que las escoltan para evitar dichos ataques.

Qué es lo que buscan

Como los antiguos piratas, los modernos solo buscan su propio beneficio, el acceder a bienes o ganancias de manera “ilícita”, ya sea a través del desvalijamiento de barcos o de la propia extorsión y el chantaje, pidiendo rescates por barcos secuestrados. Existen también algunos grupos de piratas marítimos que solo buscan torpedear ciertas vías comerciales para que los barcos opten por otras, como mercenarios a sueldo de estados corruptos o cárteles de la droga, que buscan crear unas rutas propias donde no haya mucho tráfico y puedan llevar a cabo sus propios trabajos y negocios sin ningún tipo de impedimento. En la mayoría de casos, estos piratas ya han participado anteriormente en conflictos armados y son personas violentas y con ganas de entrar en acción.

Lucha contra la piratería

La Oficina de Información Marítima ya ha lanzado la voz de alarma ante el incremento de este tipo de secuestros y ataques en alta mar, a barcos sobre todo comerciales, pero también de organizaciones ecologistas, que han sido atacadas por estos mercenarios por entrar en su territorio. En un mundo interconectado como el nuestro, en el que los países realizan diferentes alianzas tanto económicas como sociales o culturales para hacerse más fuertes, los océanos han quedado como la última frontera por explorar, el lugar del que todos se desentienden. Más allá de las millas que pertenecen a su  propia costa, cualquier país se lava las manos de lo que ocurre allí, favoreciendo así a la piratería actual.

Hay organizaciones que están luchando de forma intensa frente a este problema, y han conseguido también la implicación de diferentes ejércitos tanto nacionales como fuerzas unidas de la ONU o la OTAN. Y es que la situación se ha convertido en un verdadero quebradero de cabeza en ciertas rutas marítimas, asoladas por la piratería, a la que no se ha hecho mucho caso hasta que el problema ha sido demasiado grave como para obviarlo. Actualmente son muchos los gobiernos que tratan de frenar este tipo de ataques, y se niegan a pagar rescates por los barcos retenidos, aunque esta situación es un arma de doble filo puesto que los piratas no tienen muchos miramientos en acabar con la vida de las personas secuestradas, si las cosas no van como ellos quieren.